Se entregan anualmente, en torno del mes de abril.
Se entregan desde 1.918.
Estos días estuve viendo algunos y hubieron dos de estos Premios Pulitzer que me conmovieron .
Esta foto se publicó en la portada de The New York Times el 23 de marzo de 1.996 y acabó ganando un premio Pulitzer. Esta foto fué tomada por un fotógrafo profesional llamado Kevin Carter.
A los dos meses de recibir el premio en Nueva York se suicidó.
La imagen de ese buitre acechando a una niña moribunda en Sudán África le persiguió en vida.
Con ella atrapó el Pulitzer, pero también la maldición de una pregunta: “¿Qué hiciste para ayudarla?”.
Para la consecución de una foto mejor esperó unos veinte minutos a que el buitre abriera sus alas, lo cual no llegó a ocurrir . Se sabe poco sobre qué fue de la niña. Según Kevin Carter, se recuperó lo suficiente para seguir su camino. Sin embargo, fue objeto de duras críticas por aprovechar la situación para su propia fama, llegándose a comparar al fotógrafo con el buitre.
“Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña”.
El otro Premio Pulitzer fué el que le otorgaron al periodista de The New York Times Sidney Schanberg enviado como corresponsal de guerra a Camboya.
Al llegar allí conoce a Dith Pran, un nativo que se convierte en su guía e intérprete durante la guerra.
En 1975, al caer el gobierno camboyano, los Estados Unidos se retiran del país, y toda la familia de Dith Pran emigra a Norteamérica excepto él, que se queda al lado del periodista para ayudarle a cubrir la noticia.
Los dos se refugian en la embajada inglesa, pero cuando quieren abandonar el país el ejército revolucionario no permite salir a Dith Pran de Camboya y lo recluyen en un campo de concentración.
Sidney Schanberg vuelve a por Dith Pran y el reencuentro se produce en Tailandia.
Esta historia fué llevada al cine en la película " The Killing Fields " Los Gritos del Silencio " y fué galardonada con 3 Oscar de la Academia .
La escena del reencuentro es conmovedora .
- ¿Me perdonas?
- No hay nada que perdonar .
